martes, 31 de enero de 2012

11ª Etapa: Portela de Valcarce-Samos

Bitácora del Jueves 29 de septiembre de 2011


Recorrido: Portela de Valcarce-Samos
Kilómetros: 48.700
Tiempo dando pedales: 4 horas y 1 minuto
(yo le digo a Carlos que para qué voy a poner los minutos, pero él se empeña: "para el cómputo final" -me dice.)


Hoy hemos continuado por el arcén amarillo de la Nacional VI que dejamos ayer hasta Ambasmestas, y enseguida ha empezado el día "pim-pam" y "pim-pam", esto es, un poquito hacia arriba y luego un poquito más. 
En el siguiente pueblo, Vega de Valcarce, paramos en un banco. Mientras Carlos saca dinero, un peregrino ya curtido -en años y experiencia- se para a hablar conmigo "Os espera un duro camino a los ciclistas. Tú, despacito, que hay algunos que van muy rápido al principio y luego... ¡buen camino, maja!" -me dice. "¡Buen camino!" -le deseo yo también, y le agradezco el consejo, que pienso seguir a pies juntillas.
En Vega de Valcarce. Como veis, todo es cuesta arriba.

El paisaje es espectacular 


Se ha levantado la mañana fría. Y no sé si por el frío o por el miedo, justo antes de empezar a subir ya en serio, me han entrado muchas ganas de hacer pis. Carlos, pobre mío, se resigna, porque todas -o casi todas- las mañanas me pasa lo mismo, ajajajajaja ¡qué se le va a hacer!¡"el frío" es así!. 
En cualquier caso me alegro de haber parado donde lo hemos hecho, porque ha sido un sitio encantador y su dueña más encantadora todavía. "El Capricho de Josana" se llama, en Las Herrerías de Valcarce. Un rico poleo hecho con cariño, y hierbas -no con el típico sobrecito-, y en taza de loza -nada de vaso o ese horroroso "vaso con asas" que está ahora tan de moda. Y a futuros peregrinos quizás también les pueda interesar que, no sé si en ese mismo bar o el de al lado una pizarra anuncia el menú a 10 €, pero si muestran la credencial se queda en 8 €, todo un detalle. Bueno, a lo nuestro...
en Herrerías de Valcarce


Nos informan aquí mismo de que nos quedan 8 kilómetros y medio y de que debemos dejar la carretera por la que vamos (antigua nacional VI) porque si continuamos por ella serían unos 17 kilómetros, que una vez lleguemos a San Julian tomemos la de la izquierda. Nos comentan también que la rampa más dura es la de La Faba.
¡atención bicigrinos! la rampa de La Faba es casi del 18%. Las demás, del 11, 12 y 14 %, tampoco están nada mal (os dejo una página para que podáis echar un vistazo: www.altimetrias.com)


Razón tiene Juanjo Alonso cuando escribe "Las poblaciones del valle de Valcarce son más gallegas que leonesas, se nota en el habla, en las viviendas rurales y en la manera de habitar unos montes plenamente ganaderos"

¡qué me decís! ¿podrá este alma en pena continuar?

Si superamos el alto del Perdón, el de Pedrajas y la Cruz de Ferro... ¡éste, por qué no!
pues sí, ahí está la Carmela, subiendo
La carretera es buena y, al menos, no me escurro cuando tengo que empujar a la gordita; Rosendo canta en mi cabeza; y Carlos para de vez en cuando y me acompaña cantando "a tu marchita y al tran-tran" unas veces a molinillo, caminando otras... 
Y así tengo tiempo de echar fotos al paisaje


En una de mis numerosas empujadas en la que me acompaña Carlos hemos entablado conversación con una bicigrina japonesa, que habla muy, pero que muy bien español. Ella está subiendo a pedal, pero de vez en cuando para y repone fuerza con zumos, glucosa, y cosas así.
la bicigrina japonesa, ¡venga arriba, valiente!



Por el fino camino que se ve a la izquierda de Carlos suben los que van caminando

En ésta, a la izquierda, también se ve un trocito del camino.
Los dos últimos kilómetros son tremendos, y ya se ve la antena donde nos han dicho que tenemos que llegar.


Nos adelantan 3 chicos. Al rato, bajan 2 de ellos al rescate de una chica que los acompañaba y vuelven a subir con ella. Uno de los chicos va grabando con el móvil y, a modo de entrevista, le pregunta "¿qué tal es subir el O'Cebreiro?" "como una patada en los huevos bien dada" -responde el otro.
Pues eso...
la última rampa

Y mi chico, esperándome

Casi me da algo cuando me dice que hay que subir a la antena, pero no.
Llegamos a la cima, y al poco también llegó la japonesa.
Luego en el pueblo volvimos a ver a la pareja de peregrinos que vimos en Ponferrada, donde ellos iniciaban camino y con los que también coincidimos en Villafranca (y nos despedimos de ellos pues se quedan aquí, al ir nosotros en bici, salvo incidente, no los veremos más);  mientras reponíamos fuerzas con un bocata de tortilla con chorizo, entablamos conversación con un bicigrino jerezano.
Hoy sí nos hemos cruzado con muchos bicigrinos.

"En esta etapa se sube el "temible" O'Cebreiro que está a 14 km de la salida..." -escribía Carlos en unas fichas que preparó para el camino. A lo que yo le preguntaba "¿por qué lo escribes entre comillas? ¿es que dudas que sea temible?". Él se encogía de hombros, y es que en el blog de la pareja de bicigrinos que había leído, ella, con tan sólo dos meses de entrenamiento y ninguna experiencia ciclista, que en las etapas anteriores se bajaba a empujar la bici, dice que lo subió a pedal... Y bueno, subirse se sube, pero no quitéis las comillas al temible. Estoy convencida, por ejemplo, de que Carlos hubiera subido perfectamente de no haberme esperado.


El caso es que ya estamos arriba y el pueblo es precioso, un antiguo poblado de pallozas.

Una palloza es una construcción tradicional de la comarca de los Ancares. De forma circular u oval, con paredes de piedra y tejado de tallos de centeno. Era destinada en parte a vivienda en parte a cuadra para el ganado vacuno. De origen prerromano, presumiblemente celta .




Con pocas ganas, pues sabemos que aún nos quedan dos altos por subir, continuamos.
el primero, el alto de San Roque. Y ahí está San Roque..
... que disfruta de este paisaje a diario...


... y aquí, nosotros, intentando llevarnos un pedacito de todo esto
 Este alto me lo subo a pedal, sigue funcionando la marchita de Rosendo ¡estoy muy contenta! y cantando, continuamos hacia el segundo, un poquito más largo (y más alto) que éste, el Alto do Poio.



                                      
Carlos me esperaba arriba, cámara en mano. No me bajé ni un momento de la bici aunque, confieso, una cuesta más y lo habría hecho























Ahora empieza una buena bajada hasta Triacastela, donde paramos un momento para estirar piernas y manos. ¡Uff! de nuevo bajada tremenda y de nuevo abusando de frenos.
En este pueblo el Camino se bifurca y se puede elegir entre ir a San Xil o a Samos. Nosotros tomamos la ruta de la izquierda y nos dirigimos a Samos.


En la misma entrada del pueblo paramos en el hostal y nos sorprende el precio: 30 € y está fenomenal.


Hemos llegado a muy buena hora, son las 16:20. Una hora y media nos lleva prepararnos, para salir a dar una vuelta.
Es un pueblo pequeño pero con un buen paseo  por su recorrido circular al monasterio.
Por un lado, la Capela del Ciprés: monumento prerrománico de finales de siglo IX principios del X.


Dicen que este gigantesco ciprés tiene más de 1000 años.
Del monasterio he sacado muchas fotos ¡nos ha encantado!
Por otro lado, la Real Abadía de Samos del Siglo VI. Monasterio benedictino, donde aún residen monjas y curas de esa orden.




 Nos hemos sentado en una terracita a tomar una cerveza y a contemplar el cielo encapotado. Al final han caído cuatro gotas.

Después hemos vuelto al hostal y hemos tomado albariño y pulpo para cenar. Y, tras pasar unos minutos sentados en un banco, contemplando la vista nocturna del Monasterio, a la piltra, que mañana nos espera la siguiente etapa, de 39 kilómetros hasta Portomarin. 




Pensamiento ganador del día: "¡esto es duríííííísimo!" -y me hago eco de las palabras de nuestra divertida compañera de hoy, la bicigrina japonesa-, pero ¡en tres días abrazaremos al Santo!


Que me perdonen esos amigos que tengo que dicen que me enrollo mucho.
Esta etapa podía haberla resumido bastante, pero me apetecía contarla tal cual. Subir el O'Cebreiro fue duro, pero muy gratificante y cuando pase el tiempo -como dice mi amiga Elvireta- podremos releer nuestro blog y revivir.

¡Qué palabras tan hermosas! ¿no? "Revivir" y "Releer". Y es esta palabra, releer, la que me inspira para la dedicatoria de este capítulo que en principio iba a ser mucho más breve, jejeje.


Dedicamos, pues, esta etapa a dos personas que han estado muy atentas a nuestros pequeños logros y que ahí siguen, releyendo... A mi amiga Elvireta y a la hermana de Carlos, Migue. Y sí, a vosotros también... a Joseph, caballero andante de Elvireta; y a Delfín, marido de Migue y cuñado nuestro por tanto, aunque sospecho que a éste le gusta leer tanto como a Carlos -que me dice que sí, a las dos cosas: a lo de leer y a la aprobación de la dedicatoria.

martes, 24 de enero de 2012

10ª Etapa: Ponferrada-Portela de Valcarce

Bitácora del Miércoles 28 de septiembre de 2011

Recorrido: Ponferrada-Portela de Valcarce
Kilómetros: 35.300
Tiempo dando pedales: 2 horas, 47 minutos

Salir de Ponferrada ha sido bastante más fácil de lo que pensábamos, gracias a las indicaciones del señor del hostal. Simplemente hemos tomado la carretera dirección a Camponaraya, y hemos parado a comprar una luz trasera para mi bici (que perdí en la caída de Sahagún).


La idea era continuar por el camino desde aquí, pero... un pequeño percance nos ha hecho cambiar de idea: un pinchazo, ya que una serie de pinchazos (no sería la primera vez) puede arruinarle a uno el día... cuánto menos.

en algún lugar entre Camponaraya y Cacabelos...

Carlos desmontando la rueda y arreglando el pinchazo, jeje

Esta foto se la dedico a nuestro vecino, al que se la prometí:  que sepas que sólo pinché para que la tuvieras, ajajajajaja
Paramos en Villafranca del Bierzo en una tienda de bicis, para rellenar la rueda con un líquido maravilloso, "sin cámaras" se llama si no me equivoco, que hace que los pequeños pinchazos se rellenen solos y no tengas que parar cada dos por tres a cambiar la cámara de la rueda.


Una pareja de bicigrinos para y nos pregunta si necesitamos ayuda. ¡anda! ¡si son los de Lérida!. No pensábamos encontrarlos más. Aquí si nos despedimos definitivamente, pues ellos van hasta O'Cebreiro ¡son unos fenómenos!

Preciosos callejones en este pueblo, Villafranca del Bierzo

Pensábamos haber llegado a tiempo de comer a Portela de Valcarce, pero los imprevistos es lo que tienen. No era mala hora para una cervecita, así que decidimos parar a tomar una y, de paso, comer. Llegamos a lo que parece el punto más alto, la plaza del pueblo.
el aperitivo estaba bien rico

haciendo un poco el tonto, para amenizar la mañana, jeje
El paisaje ya ha cambiado y se ha vuelto verde, espeso. Los bosques pueblan el camino, y muchos pueblos, de hecho, se dedican a la industria maderera.
 saliendo de Villafranca

Sendero lleno de castaños y maderas.

Trabadelo
Las 15:30 cuando llegamos a Portela. Podíamos elegir entre 8 € en literas o 20 € en cama individual en el albergue o 40 € habitación doble en el hostal. Hemos optado por la doble y la intimidad, aunque se ve muy poca gente.
Las 17:30 cuando salimos para dar un paseo por este pequeño pueblo,  después de acicalarnos, poner una lavadora y charlar un rato con la joven que atiende el albergue y el hostal. 


Portela de Valcarce


Escondida bajo la tupida vegetación, una antigua herrería

Y rompiendo la naturaleza, la autovía sobre nuestras cabezas
Tras una hora y poco de paseo hemos regresado al Hostal, para tender la ropa e intentar conectarnos a Internet, pero de nuevo ha sido imposible. 

Cenamos pronto. Nos hemos despedido de la cecina y para coger fuerza para mañana, un poco de carne, una "chuletita".


Mañana entramos en Galicia, el O'Cebreiro, sin duda una dura jornada. He recibido la llamada de mi amiga Elvireta y me ha dado muchos ánimos (un besote desde aquí, para ella y para Joseph).


Comienzan en las tierras gallegas los sube-baja, "rompepiernas" en el argot ciclista ¡maadre mía!, pero en realidad estamos muy animados, hemos llegado hasta aquí y eso te da una fuerza extra, una especie de "superpoder".


Toda la familia nos ha apoyado mucho y nos insufla también energía para continuar dando pedales. Así que vamos allá con el resto: este capítulo se lo dedicamos al hermano de Carlos, Jose Mª y a Beatriz.


La etapa prevista para mañana  nos va a conducir a Samos, después de haber subido el O'Cebreiro y completar los 48 kilómetros que hoy nos separan de este bello pueblo.


ah!! se me olvidaba poner el pensamiento del día: ¡nos acercamos al pulpo y el albariño!