domingo, 5 de febrero de 2012

13ª Etapa: Portomarín-Arzúa

Bitácora del Sábado 01 de octubre de 2011


Recorrido: Portomarín-Arzúa
Kilómetros: 55
Tiempo dando pedales: 4 horas y 44 minutos


Vuelven los nervios, igual que en el previaje, y tengo mariposas en el estómago y hormigas en los pies. Mañana llegaremos a Santiago y nos hemos levantado con un sentimiento extraño entre la pena y la alegría: quieres llegar, pero no quieres que acabe, y esa sensación de que ya puedes tocarlo si estiras los dedos, pero de que aún puede pasar de todo...


ayer este banco, haciendo una piña entre los que estaban sentados y de pie, estaba lleno de personas de la 3ª edad ...

... enfrente esto, pero ayer no había mucha gente por la plaza.. ¿?

Ya habíamos subido la primera cuesta que sale del pueblo por carretera pero, como habíamos leído que la ciclabilidad en todo el tramo es excelente, deseosos de poder ir por el camino, probamos. ¡Craso error!
Lo primero que nos hemos encontrado es una cuesta vertical, que Carlos sube a molinillo y yo empujo la bici ¡no pasa nada! después no parece estar mal y las vistas desde allí son magníficas.



en esta panorámica pude sacar a Portomarín y al puente, a pesar de que tenía el sol cegándome.
El olor a Naturaleza aquí hace daño a los pulmones ¡qué maravilla!
El camino de repente se divide en dos partes: oculta por hojas, una zanja; la otra, concurrido camino de peregrinos, que con buena voluntad se apartan para dejarnos pasar, pero son muchos. En un par de veces hemos perdido el equilibrio y un accidente a estas alturas sería un verdadero fastidio, por lo que hemos decidido bajarnos de la bici e ir caminando.



- ya no se os ve tan felices -nos dice un peregrino al que deseamos buen camino esta mañana, mientras nos embalábamos por la cuesta abajo que iniciaba el camino de hoy para salir del pueblo.
- ¡pues no! ajajajajaja -nos reimos.
Pero 3 kilómetros después hemos conseguido salir a la carretera.
Paramos en Gonzar, ya sabéis... para tomar un poleo, jeje. Observamos que el camino se torna aún más estrecho. Continuamos por asfalto.



La carretera es paralela al camino casi todo el tiempo.


De hecho, algunos caminantes también se salen de las estrecheces del camino. No hay peligro, por la carretera no pasan coches, al menos no recuerdo que pasara ninguno.
La propia carretera nos lleva en ocasiones a atravesar aldeas con casas de piedra. Sus habitantes, dedicados por lo que se ve a la ganadería, parecen ajenos al Camino.
Al margen de estas aldeas rurales, nosotros creemos que muchos pueblos pequeños aún existen por y para el Camino, lo cual nos alegra enormemente. 
Agradecemos la dedicación de estos pueblos al Camino, y el mimo con el que tratan la mayoría de sus gentes a los peregrinos. Lo bien que cuidan los servicios que ofrecen, así como la comida, mostrando lo mejor de estas tierras.


Eran las 12:00 y estábamos a punto de llegar a Palas de Rei, cuando hemos parado para tomar una cerveza. El mesón, A Brea, tiene muy buena pinta (fuera se ve un asador estupendo), por lo que hemos optado por meternos un bocata entre pecho y espalda, que ya de paso nos sirva de comida.





Al poco de pasar Palas de Rei entramos en La Coruña y el paisaje es más urbano, se han acabado las casitas rurales de Lugo. 

Desde que hemos visto el cartel anunciando "Mélide" hasta que hemos llegado a la población se nos ha hecho eterno, pedaleando por una carretera que parece no tener fin y congestionada de coches.
No hemos parado a comer en Ezequiel su famoso pulpo ni su tarta de queso -que también hemos leído en uno de los blogs- porque, a parte de estar hasta la bandera, no teníamos hambre, ajajajajaja.
Si hemos parado, en cambio, a tomar un café en la terraza de una plaza cercana.

Mélide
 Los sube-baja no cesan. Hemos llegado, agotados pero contentos, a Arzúa a las 16:00 y a las 18:00 salimos para dar el paseo de rigor, con su cervecita, por supuesto.
En una plaza de Arzúa.


Capela de la Magdalena del Siglo XIV.

En el paseo encontramos este bar, donde tenían Super Bock, una rica cerveza que, además, nos recordó a  Portugal.
 Hoy hemos batido el récord de la hora de cenar: las 19:45. Y es que el cansancio hace mella.


Queso de Arzúa


el zancarrón guisado con esas patacas tan ricas ¡una delicia!
A dormir prontito que mañana es un día muy, pero que muy importante. Si todo va bien cubriremos los escasos 40 kilómetros que nos separan de Santiago de Compostela.


Pensamientos del día: Nos queda un día, ¡nos queda un día!, ¡una cuesta!, ¡¡nos queda un día!! uff!! otra cueeeesta!!!


Este capítulo se lo dedicamos a mi hermana Lidia y a Pedro, que también siguen atentos nuestro camino; y a mi hermana Ana, porque siempre le ha echado un par de... a la vida, y ha salido para adelante pasara lo que pasara.





6 comentarios:

  1. que bonito el comentario el olor de la naturaleza... eso lo sabemos bien los que somos de esos lares y que tanto se echa de menos un besazo ( m )

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    1. Y es que es una tierra maravillosa: la naturaleza, la comida, la gente... quizás el tiempo falle un poco, pero seguramente si éste fuera diferente, lo demás también lo sería, así que... tal cual ¡perfecto!
      Un abrazo muy fuerte para la familia gallega, que son de lo que ya no hay, y les apreciamos mucho.
      Y unos Besotes para vosotros,

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  2. Bueno Bueno esta etapa me recuerda un poco las del principio, si bonitos paisajes, mucha cuesta si, pero y esos bocatas Dios mio,y ese plato de patatas que solo de ver la foto se le saltan a uno las lagrimas jaja. Una cosa es cierto lo bueno que es tener un pie chungo. Bien ahora esperaremos la última,¿sera mucho tiempo? esperemos que no.Bessssossssssssssss. Migue

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    1. Es que había que reponer fuerzas, jajajajaja, nos podía pasar de todo, pero una "pájara" era raro que nos pudiera dar, jeje.

      Lo bueno que tiene tener un píe malo y a tu hermano detrás de la oreja, preguntándome si he acabado ya, ajajajajajaja.
      La última la tengo ya en el horno. Espero terminarla hoy, porque mañana ya va a ser complicado...

      Bss,

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  3. Que bien has definido ese sentimiento que todos hemos sentido en la última etapa, ese "sentimiento extraño entre la pena y la alegría: quieres llegar, pero no quieres que acabe, y esa sensación de que ya puedes tocarlo si estiras los dedos", una definición perfecta.
    Luego, un ruego que quizá te suene raro, pero hazme el favor (se lo digo a todos los que terminan el Camino), cuando llegues reza un poco por esta "abuela descreída". Toda la felicidad, lo mejor para vosotros y ¡Buen Camino!

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  4. gracias mi querida amiga por esos buenos sentimientos que siempre me transmites.
    Me alegra que te guste la definición, porque no sabía muy bien cómo expresarlo.
    Aunque rezar nunca ha sido mi fuerte, te tendré en mis pensamientos.
    Y es por eso que yo os deseo lo mismo, en la vida y en todos los caminos que aún emprenderéis ¡Buen Camino!

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